anjodorio
08/08/2022Desde el lado obscuro de tu piel me iluminas. Déjame ser el lobo —sombra de sed y perro y hambre— que entra en la noche de tu cuerpo con pasos húmedos, titubeantes, por tu bosque incierto —tu olor a mar me guía hacia tu oleaje— para tocar adentro la luna creciente de tu sonrisa. Déjame conocer —con lengua incluso— la obscuridad más honda, la más callada, e invocar con movimientos repetidos, rituales como aullidos, la luna llena de tu cuerpo, la que me lleva a ti como si fuera yo, en tus manos, agua que conviertes en marea iluminada.